Tiempos de viaje se alargaron entre 3 y 5 horas. Extensión horaria en atención de controles fronterizos facilita llegada de abastecimiento por el paso Samoré.
Una extensión en los tiempos de viaje de hasta cinco horas para un trayecto que tomaba menos de tres tienen los usuarios de Palena y la Región de Aysén que transitan por la Carretera Austral, interrumpida desde el 22 de agosto en el Puente Las Toninas, unos 42 km al sur de Puerto Montt, Región de Los Lagos.
Una seguidilla de remociones en masa, registradas en ese punto, mantiene interrumpido el tránsito sin que hasta ahora se haya podido determinar con exactitud la condición en que quedó el puente nuevo que había en el sector.
Y aunque está disponible un puente mecano que resolvería la emergencia, mientras no se estabilice la quebrada y terminen las remociones, no es posible definir su instalación, explica el director regional del Servicio Nacional de Prevención de Desastres (Senapred) en Los Lagos, Alejandro Vergés.
Un informe técnico del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) confirmó que se trata de una zona donde ya hubo otras remociones en el pasado. Un sector de alta pendiente y en la que aún hay mucha acumulación de material y respecto de la que ya se decretó un área de exclusión de unos 800 metros de longitud, lo que deja imposibilitados de permanecer en sus hogares a lo menos a dos familias que tienen sus casas en las inmediaciones de la emergencia.
De hecho, una de ellas fue empujada por el primer aluvión y literalmente tiene un área colgando del barranco.
El corte de la ruta interrumpe el tránsito por la Carretera Austral impidiendo el paso hacia el embarcadero de las barcazas que cruzan el Estuario de Reloncaví entre Caleta La Arena y Puelche, primero de tres transbordos entre Puerto Montt y Chaitén.
La emergencia obligó a reemplazar ese servicio por un track más largo, zarpando desde Puerto Montt, con lo que el viaje “se está alargando a casi tres horas solo por mar, además de los tiempos para los tramos terrestres y las esperas para embarcar”, explica el consejero regional por Palena, Fernando Hernández.
“Hay un impacto. El cruce del estuario toma 30 minutos y ahora son 3 horas, porque además tenemos que recalar igual en La Arena a buscar o dejar pasajeros. Ahí viven muchos lugareños que tienen que entrar y salir para abastecerse, por ejemplo”, cuenta Héctor Labra, capitán del “Tanu”, una de las cuatro barcazas que están cubriendo la ruta, embarcaciones grandes que no tienen problemas para operar con mal tiempo, explica.
“Una mejor alternativa en todo caso que la ruta por Cochamó, que está hecha pedazos, es muy peligrosa”, agrega Hernández respecto de la opción terrestre, bordeando el estuario, que también toma cerca de cinco horas de viaje.
“El impacto es en todos los ámbitos”, afirma el delegado presidencial en Palena, Luis Montaña, aunque es mayor en “el abastecimiento, porque todo llega de fuera de la región en las barcazas”.
Agrega Montaña que afortunadamente el cambio de hora, al igualar con Argentina, facilitará el transporte de carga cruzando por el paso Samoré, en Osorno, porque en la práctica hay una extensión horaria desde las 08:00 a las 20:00 horas.
Para los comerciantes de la zona y la gente ligada al turismo, el anhelo es que la situación se resuelva a la brevedad, especialmente porque se acerca la temporada alta para el turismo, “no es fácil hacer que los turistas entiendan, por ejemplo, la extensión de los tiempos de viaje, coordinar los traslados en barcaza. Nosotros hemos hecho dos veces la vuelta por Cochamó y es muy matadora”, afirma Javiera Montes, quien reside en el sector costero de Hualaihué.
“Estamos reventados. Tengo mi negocio en la caleta La Arena, que tiene un flujo gigante de gente que viaja a Hualaihue, en la costa, de Hornipirén, desde Puerto Montt por la carretera, la gente que trabaja al otro lado, salmoneras, servicios, es un flujo bastante importante de todos los que van hacia Aysén… y estamos completamente parados”, dice Pola Badinella, una conocida comerciante del sector, famosa por sus empanadas.
Cuenta que “económicamente la afectación es total. Está pelado. No pasa nadie. Y las barcazas tienen horarios restringidos, entonces la gente tiene que salir en lancha o bote. Ahora están dejando pasar caminando en algunos momentos, con permiso de la empresa, me contaron”, agrega Pola.
Cuenta que en La Arena hay más de 220 casas y debe haber unos 8 o 10 locales comerciales. Y las ayudas que están entregando son para las personas, pero no para los que trabajamos ahí. Nosotros tenemos que seguir pagando al personal, y con los negocios cerrados. La ayuda es para todos menos para los que generamos trabajo; para nosotros, cero”, enfatiza.
Pero mientras el cerro no se estabilice no hay plazos para la rehabilitación del camino.
“Es una situación inestable mientras haya precipitaciones (…) Tiene que ver con que se vaya limpiando el cauce”, que se remueva lo que ha ido quedando en el camino, explica David Quiroz, jefe de la Oficina Técnica de Sernageomin en Puerto Varas.
Un informe técnico de ese servicio confirmó la existencia de un cono de eyección del material que se ha generado en eventos repetidos, ahora y, probablemente, en el tiempo.
“Ellos sugirieron un polígono de seguridad de unos 700 a 800 metros a lo ancho de ese cono de eyección, y eso es unos 400 metros antes y después del corte en la ruta, explica Vergés.
“Una zona de alto peligro”, remarca Quiroz. Explica que han sobrevolado el sector y han usado imágenes de dron que les permitieron constatar que hay una cantidad importante de material aún. “Es una zona boscosa, se vino abajo una porción de la cubierta”, agrega Quiroz.
Respecto de los numerosos caseríos que se han levantado a lo largo de la carretera, afirma Quiroz que no hay estudios en detalle, pero que hay puntos, como el sector de Chaicas, “donde existen cicatrices de remociones en masa”, aunque no tienen aún mayor claridad.
“Todo ese tramo, entre Chaicas y Caleta La Arena, son zonas de alto peligro, pero no lo tenemos zonificado”, agrega el especialista de Sernageomin.
Cuenta Quiroz que muchas personas saben que están conviviendo con el peligro, pero tienen sus vidas, su arraigo y habitan ahí desde niños sin que haya pasado nada, “hasta que pasa. La naturaleza tiene sus tiempos, tenemos ejemplos, como Caleta Buill, que dan alerta de que es una zona activa”, remarca.
Por eso es importante que la comunidad pueda entenderlo. Y se tendrá que hacer un levantamiento con mayor detalle, para que se puedan tomar decisiones, apunta Vergés, quien recuerda que a lo largo de la ruta en esa zona se han registrado situaciones similares.
Y se tendrá que hacer un levantamiento con mayor detalle, para que se puedan tomar decisiones, apunta Vergés, quien recuerda que a lo largo de la ruta en esa zona se han registrado situaciones similares.
“Habría que hacer un levantamiento, pero se requiere financiamiento. En muchas de esas quebradas, en las partes altas, con mucha pendiente, se producen diques que luego colapsan. Pero hay que tener información”, afirma Vergés
Fuente: El Mercurio – Escrito por: Soledad Neira Farías
