La baja en la economía y las aún mayores tasas de interés explican esa contracción. El 71% de las personas que pidió acceder a financiamiento, lo requirió por propiedades de menor valor, que generalmente aplican a un subsidio habitacional.
“La inclinación por viviendas bajo las 2.500 UF es una muestra de la estrechez económica y el deterioro de la economía familiar”.
Sergio Barros, Director ejecutivo de Enlace Inmobiliario
La contracción de la economía y las aún elevadas tasas de interés de los créditos hipotecarios, en comparación a hace unos años, son algunos de los factores que alejan a las personas de adquirir una vivienda. A la vez, quienes sí se deciden por comprar, optan por productos situados en los segmentos de precios más bajos, para acceder a subsidios o bien porque no les alcanza el presupuesto para una casa o departamento más caro. Estas son algunas de las tendencias que revela el último estudio de Solicitudes de Preaprobaciones de Créditos Hipotecarios (PAC) de Enlace Inmobiliario, red de sitios de propiedades y financiamiento en diversas regiones del país, ligada a Sergio Barros y Anita RuizTagle, ambos ingenieros comerciales de la Universidad Católica. La entidad recolecta y analiza datos de viviendas nuevas y usadas vinculadas a más de 1.200 proyectos, 350 inmobiliarias, 120 corredores de propiedades y siete instituciones financieras.
Según el informe, en el segundo trimestre de este año se registraron 2.427
solicitudes de preaprobaciones de créditos hipotecarios, que representaron una disminución de 12% frente a enero-marzo de 2023 y una baja de 9% anual. Así, en el primer semestre se acumularon 5.194 peticiones de este tipo, una merma de 7% anual.
Estrechez económica
Sergio Barros, director ejecutivo de Enlace Inmobiliario, comenta que pese a que la inflación está en disminución, las tasas hipotecarias siguen aún elevadas —sobre 4%— en comparación a los mínimos registrados previos a la pandemia. Ello, añade, es uno de los motivos por el que las personas se abstienen del proceso de compra de una vivienda.
“Si bien se han implementado medidas para facilitar el acceso al crédito, como el Fogaes (Fondo de Garantías Especiales) para la compra de la primera vivienda, este mecanismo aún no ha despertado el suficiente interés. Asimismo, las políticas de las instituciones financieras para evaluar una solicitud de crédito siguen siendo una traba, sobre todo en lo que respecta a la renta mínima exigida, en un contexto en el que la economía familiar todavía sigue débil”, comenta Barros.
El experto agrega que “lo anterior se ve reflejado en que el 71% de las personas
que solicitaron una preaprobación de crédito, lo hizo por propiedades con un precio inferior a las 2.500 UF, unidades que generalmente aplican a un subsidio habitacional”.
Consultado sobre las razones detrás de esa tendencia, Barros indica que “la inclinación por viviendas bajo las 2.500 UF es una muestra de la estrechez económica y el deterioro de la economía familiar. Si bien los inmuebles han bajado su precio, ello ha sido marginal y no se equipara al comportamiento de los sueldos, que se mantienen casi invariables”.
Respecto de la preferencia por unidades exclusivamente con subsidio — independiente de su valor—, indica que su participación siempre ha sido mayoritaria, registrando su peak en el primer trimestre de este año, con 70%. En abril-junio bajó a 63%, pero la búsqueda por estas soluciones habitacionales es superior a las que no tienen el beneficio estatal.
Al revisar las solicitudes de preaprobación del segundo trimestre, según su estado de tramitación, las que sí fueron preaprobadas totalizaron 1.988, aumentando 50% en frente a enero-marzo. Esta alza se explicaría por una aparente mejora en las condiciones de las personas que habían requerido evaluaciones.
Por otra parte, las solicitudes preaprobadas con modificaciones disminuyeron 39% frente al primer trimestre, mientras que las rechazadas prácticamente se mantuvieron sin cambios en igual lapso.
Fuente: El Mercurio